Tener un empleo proporciona a la
persona más beneficios que los puramente económicos. Son ganancias que tienen
que ver con el reconocimiento individual y social de la persona. Algunos de
estos beneficios son:
§ Nos proporciona algo que hacer, creando hábitos y
rutinas diarias.
§ Nos indica cuándo hacerlo, imponiendo una estructura
del tiempo.
§ Nos dice dónde hacerlo, proporcionando un lugar al
que acudir (aunque sea dentro de la casa).
§ Nos impone con quién hacerlo, proporcionando
experiencias compartidas en contacto con personas ajenas al núcleo familiar.
§ Nos hace participar en la comunidad a la que pertenecemos.
§ Nos vincula en metas y proyectos que nos hacen crecer.
§ Proporciona un estatus social
§ Construye una identidad social.
Por lo
tanto, perder un puesto de trabajo conlleva una pérdida que va más allá de lo
económico, que se traduce en ansiedad, disminución de la autoestima, sensación
de soledad, desorientación temporal y espacial y una gran incertidumbre sobre
cómo y por dónde empezar otra vez.
Sin poner en duda la gran
importancia que tiene la falta de ingresos y sabiendo que el primer objetivo de
cualquier desempleado es hacer una búsqueda activa de empleo, la intención de
este artículo es intentar abordar posibles soluciones que minimicen los efectos
negativos de esas otras pérdidas, mientras se consigue un nuevo trabajo
remunerado.
El desempleado podrá minimizar
los efectos de la falta de trabajo con una actividad alternativa que cubra sus
necesidades, que serán diferentes en función de la edad, el sexo, la formación
y los intereses de la persona. Existen muchísimos ámbitos en los que se pueden
participar de manera directa o indirecta y hay que conocerse bien para no
picotear de todos, pero no entrar en ninguno, lo que aumenta enormemente la
sensación de “estar fuera”.
Cuanto más joven sea la persona,
más encaminada a la formación ha de estar la actividad: grados de FP, cursos,
másteres, idiomas, etc. con el fin de ampliar conocimientos, habilidades y
capacidades de cara a un nuevo empleo. A medida que va aumentando la edad, la
formación ha de ser más especializada y se puede complementar con prácticas no
remuneradas o voluntariado, que además de cubrir todos los beneficios que he
mencionado anteriormente, sirvan para aumentar el Curriculum Vitae y que no
figure en el mismo un gran periodo de tiempo de inactividad. Así mismo, en las
entidades donde se prestan servicios de voluntariado o prácticas no
remuneradas, cuando hay una vacante cuentan con las personas que han colaborado
con ellos antes de publicar la oferta de empleo.
Es importante también mantener
el contacto con compañeros, clientes, proveedores, etc. a través de las redes
sociales reales y virtuales, con el fin de que si alguien se entera de alguna
oferta de trabajo se acuerden de ti.
A cualquier actividad que se
elija: formación, prácticas, voluntariado o, simplemente mayor colaboración
doméstica, conviene añadir alguna actividad deportiva, que además de todos los
beneficios que ya conocemos, ayuda a disminuir los síntomas ansioso-depresivos
e incluso consigue que no tengamos que recurrir a los fármacos para superar las
malas rachas que, como humanos que somos, nos toca pasar a lo largo de nuestra
vida.
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