El enfoque sistémico ...

concibe al ser humano como un sistema en constante interacción con otros sistemas de relación, de los que forma parte y sobre los que influye y le influyen.

Tiene en cuenta esta influencia mutua entre el individuo y los distintos sistemas de los que forma parte cuando evalúa e interviene sobre los problemas que generan malestar en la vida de las personas y los contextos en los que se manifiestan: familia de origen, familia creada, pareja, escuela, amigos, contexto laboral...

La comprensión de estas interrelaciones y su contribución a la aparición del problema, así como la aplicación de los diferentes modelos de intervención derivados del paradigma sistémico, tiene como resultado un nuevo modo de pensar y actuar para la práctica profesional de quienes intervienen en los ámbitos de la salud, la educación, los servicios sociales, la justicia o la psicoterapia

martes, 15 de mayo de 2012

Día internacional de las familias


El 20 de septiembre de 1993 la Asamblea General de las Naciones Unidas en la Resolución 47/237 decidió que el 15 de mayo de cada año se celebre el Día Internacional de la Familia.
En 1988, en su resolución 44/82, la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el año 1995 Año Internacional de la Familia, con miras a crear una mayor conciencia de las cuestiones relacionadas con la familia y mejorar la capacidad institucional de las naciones para hacer frente, mediante la aplicación de políticas amplias, a los problemas relacionados con la familia.

Cada vez son más complejos los problemas relacionados con la familia y este año 2012 está dedicado a uno especialmente controvertido: la conciliación de la vida familiar y laboral.

Desde la incorporación masiva de la mujer al mundo laboral, los gobiernos buscan fórmulas que concilien estos dos espacios que de por si son antagónicos y complementarios en el desarrollo de un individuo. A la vez requieren de todo el esfuerzo y la energía que una persona es capaz de poner en juego a la hora de sacar un proyecto o un oficio adelante, llegando en muchas ocasiones (todavía hoy más las mujeres que los hombres) a tener que elegir entre uno u otro, entre el desarrollo profesional y el parental, para poder sentir que se desarrollan como personas.

La principal medida que han adoptado los gobiernos es lo que yo llamo "La institucionalización de los niños/as", que consiste en tener a los niños/as en una institución pública o privada todo el tiempo que dura la jornada laboral de los padres, a veces cerca de 12 horas al día. El aula matinal abre sus puertas a las 7 de la mañana y, para cuando comienza el horario escolar, hay niños que llevan ya dos horas en el centro. El colegio cierra sus puertas a las 19'30, cinco horas y media más tarde de la hora de finalización de las clases. Para cuando salen, han desayunado, comido y merendado en el colegio, han corrido, aprendido, han hecho deporte, deberes y extraescolares; se han peleado y reconciliado, han sido castigados (y normalmente poco valorados), han sido comparados y...están agotados. 
Pero...¡sus padres también!, así que llegan a casa todos cansados y con el tiempo justo de un baño, la cena y a dormir. ¡Rápido, rápido, rápido que mañana hay que levantarse! Sin tiempo para vincularnos, para disfrutar de la compañía mutua, de las vicisitudes del día a día de cada miembro de la familia. Eso sí, se han socializado (que está muy de moda que lo hagan los niños, pero que los padres no tienen tiempo de hacerlo con ellos)

No hay duda de que estas medidas de conciliación laboral y familiar pueden ser beneficiosas para los padres, sobre todo en aquellos casos en que no hay familia cerca y la necesidad económica es imperiosa, pero...Yo me pregunto si esto es también beneficioso para los niños y si, poniéndonos por un momento en su lugar, ¿seriamos capaces de aguantar este horario de forma continuada durante nueve meses al año y obtener buenos resultados?.

Los niveles de estrés de padres e hijos pueden llegar a niveles insospechados y favorecen patrones de relación basados en la violencia verbal y física, que desembocan en muchas ocasiones (más de las que nos gustaría) en la consulta del psicólogo-psiquiatra por problemas de conducta en los hijos, disminución del rendimiento escolar y baja autoestima de los niños, de los padres que no encuentran el equilibrio entre lo laboral, lo personal y lo doméstico y de las madres que en muchas ocasiones sienten que no consiguen ser "buenas madres" y "buenas trabajadoras" a la vez.

Entonces ¿quién sale ganando con esta situación de desmembramiento familiar y cuidado institucional? Parece que no precisamente las familias, que es a quién están dirigidas las medidas.

Mientras seguimos en la búsqueda de la medida de conciliación familiar y laboral ideal, y como celebración de este Día Internacional de la Familia, os propongo una pequeña receta que ayude en la convivencia diaria (que al fin y al cabo es la que nos importa):


(imagen obtenida en internet)

Nunca se puede olvidar unas normas a seguir.
Al final siempre añadir una pizca de reconocimiento
que valore lo bien hecho que haga sentir bien del mayor al más pequeño.



¡FELIZ DÍA DE LA FAMILIA!

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