El enfoque sistémico ...

concibe al ser humano como un sistema en constante interacción con otros sistemas de relación, de los que forma parte y sobre los que influye y le influyen.

Tiene en cuenta esta influencia mutua entre el individuo y los distintos sistemas de los que forma parte cuando evalúa e interviene sobre los problemas que generan malestar en la vida de las personas y los contextos en los que se manifiestan: familia de origen, familia creada, pareja, escuela, amigos, contexto laboral...

La comprensión de estas interrelaciones y su contribución a la aparición del problema, así como la aplicación de los diferentes modelos de intervención derivados del paradigma sistémico, tiene como resultado un nuevo modo de pensar y actuar para la práctica profesional de quienes intervienen en los ámbitos de la salud, la educación, los servicios sociales, la justicia o la psicoterapia

lunes, 29 de febrero de 2016

Para construir una identidad no hace falta degradar al otro


       Asistimos desde hace unas décadas al terrible drama que supone que una persona, pareja, familia, colectivo, agrupación o partido político tenga que recurrir a degradar a otro u otros para poder destacar o tener identidad propia y que se fijen en ellos, y así, obtener reconocimiento público.

        Lo vemos en los principales partidos que nos han gobernado hasta ahora, lo vemos en los presidentes de agrupaciones o equipos de fútbol (con gran alcance mediático), lo vemos entre nuestros vecinos, y los profesionales que trabajamos con familias en el ámbito de la salud mental, lo vemos en la consulta día a día, en las relaciones de pareja, en las relaciones paterno-filiales o en las relaciones con las familias de origen.

      Somos un gran país de cotillas y criticones, que nos dedicamos a criticarnos entre nosotros, en lugar de intentar ser creativos  y construir nuestra identidad sin tener que recurrir a la postura fácil de ir contra el otro. ¡No lo entiendo y no me gusta!

      Me refiero a hechos como el que las mujeres hayamos recurrido a imitar a los hombres, después de criticarlos hasta la saciedad, o a caer en actitudes maleducadas y provocativas para ser mujeres "modernas e independientes" del S.XXI.

     ¿De verdad ser una mujer moderna consiste en ser como un hombre y una mujer antigua a la vez? o ¿hay que recurrir a ridiculizar a las propias mujeres y a sus órganos reproductores en una provocativa, soez y ordinaria procesión que no nos representa a la mayoría de las mujeres españolas de este siglo, ni ayuda a reivindicar nada porque el espectáculo mediático ahoga el mensaje que se pretende transmitir?. No creo que sea la vía de conseguir nuestros objetivos como mujeres, ni como madres, ni como trabajadoras, ni como nada, de nada.

      Me refiero también, al hecho de que haya que degradar una religión en favor de otra...¿no es posible la convivencia respetuosa entre religiones?.

      Me refiero, como no, a que haya que recurrir a ridiculizar, degradar o denostar las ideas, creencias y tradiciones de una gran mayoría en España, para que unos cuantos intenten imponer las suyas ocupando los espacios y el tiempo ya ocupados por los primeros, con actitudes y espectáculos callejeros que suponen una GRAN FALTA DE RESPETO contra los católicos y dicen mucho sobre la poca educación y creatividad que tienen aquellos que quieren un estado laico e intentan implantar nuevas tradiciones.

        Me explico, si hay 365 días al año y la Navidad y la Semana Santa, principales festividades católicas, con una gran mayoría de adeptos (creyentes y no creyentes) ocupan en total 3 semanas; ¿por qué se empeñan en poner en las mismas fechas y con un simplista cambio de nombre que no convence a nadie, las "nuevas celebraciones laicas"?. ¿No hay más fechas en el calendario? ¿No hay nada más que inventar?¿No hay nada más que hacer que justo lo contrario que hacen otros, para ir contra ellos y prender la llama del odio y la guerra ideológico-religiosa que caldea el ambiente y activa inmediatamente las actitudes defensivas frente al ataque de nuestras tradiciones? ¿De verdad, no hay otra cosa que pueda hacer un colectivo, entre los que se cuentan muchos artistas y profesionales de renombre, altamente creativos y efectivos en otros contextos?. No me lo creo. 

      ¿Ser progresista, laico y liberal implica tener que acabar con todo lo anterior a la fuerza y faltando al respeto a millones de personas? ¿Tener libertad de expresión significa que puedo decir del otro todo lo que me parezca y como me parezca, aunque sea haciéndole daño físico o psicológico, como hicieron los Nazis con los judíos o hacen los hombres maltratadores con la mujeres?.

¡¡No lo entiendo!!

     Creo que tenemos que redefinir conceptos que nos ayuden a mejorar nuestra convivencia.

     Me parece una actitud infantil, parecida a la del niño de 3-4 años que acusa al otro de algo para llamar la atención y coge un tremendo berrinche, porque quiere lo mismo que el otro niño, en lugar de entretenerse con otra cosa, o inventar su propio juego, porque aún no tiene herramientas suficientes para ello. Me parece que como sociedad, estamos comenzando a sufrir algún tipo de demencia, es decir, vamos hacia atrás en un proceso de involución de nuestro imaginario social y nuestras capacidades como seres sociales.

Es muy fácil de resumir:

     Si te metes conmigo...me defiendo y ataco.

   Si me quitas lo mío, me enfado e intento recuperarlo con uñas y dientes, aún a riesgo de salir herido.

  Y si no lo hago, se puede llegar a producir maltrato físico y/o psicológico.

   Por el contrario, si me propones algo nuevo desde el diálogo y la colaboración, si entre los dos somos capaces de poner nombre a nuestras capacidades y habilidades y ponerlas al servicio de un objetivo común, entonces y solo entonces, puedo mostrar interés y unirme a tu idea inicial.

   Las dos primeras actitudes son las más primarias e instintivas, corresponden a "la ley del más fuerte" que todos conocemos y son las que utilizan los animales y los cachorros humanos hasta que van desarrollando actitudes y comportamientos más complejos y colaborativos, a medida que su cerebro y todos sus sistemas se van desarrollando e integrando en un funcionamiento único que le proporciona una identidad única.

    La tercera es una actitud compleja, más desarrollada y estructurada, que habla del grado de evolución de la persona, grupo de personas o sociedad.

 Implantar nuevas ideas, nuevas tradiciones o nuevos hábitos utilizando un diálogo democrático y maduro, es tremendamente difícil, tanto en el contexto más individual de la persona como en contextos más amplios, ya que el ser humano es muy resistente al cambio; pero si además se intenta hacer desde la humillación, el odio, la invasión de los espacios y los tiempos y la falta de respeto al otro, entonces...¡es una dictadura!.



Mª Victoria Juárez Caparrós
Psicoterapeuta familiar y de pareja

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