Desde mi punto de vista, el secreto de una convivencia armónica está en "el placer de hacer juntos"; en conseguir instaurar las rutinas de cuidado necesarias para el desarrollo armónico de nuestros hij@s y... ¡¡disfrutar de ellas!!.
Si en lugar de vivir las rutinas y necesidades de nuestr@s hij@s como un castigo impuesto por los dioses y por la maldad de nuestros retoños que se han empeñado en fastidiarnos la vida, asumimos y aceptamos las responsabilidades que adquirimos al convertirnos en padres y aprendemos a disfrutar de ellas y del crecimiento de nuestros hij@s, la convivencia diaria, indiscutiblemente mejora.
Es en esos momentos de realizar juntos las actividades cotidianas, cuando los niñ@s disfrutan y van creando recuerdos y sentimientos de seguridad y agradecimiento que serán capaces de expresar cuando sean adultos (no antes, como esperan muchas mamás y papás).
Por tanto, no se trata tanto de cambiar al niñ@ (y al mundo) para que se adecue a nuestras necesidades, como cambiar la atribución que nosotros hacemos de nuestras obligaciones parentales.
Los horarios laborales y escolares se escapan en muchas ocasiones de nuestra voluntad y no queda más remedio que resignarse a lo que a cada uno le tocado vivir, ahí hay poco que hacer. Sin embargo, del resto del tiempo sí se supone que somos dueños y, por tanto, sí podemos y (como padres adultos) debemos organizarlo para cubrir en primera instancia las necesidades de nuestros hijos y, además sentir el placer (y no la desidia) de hacer juntos los haceres del vivir cotidiano por ellos y con ellos.
- Despertar
- Desayunar (recoger al acabar)
- Asear (recoger el baño al terminar)
- Vestir
- Ir al cole
- Recoger del cole
- Comer (lavar manos, poner mesa, servir, charlar durante la comida, recoger...)
- Ver la tele
- Hacer deberes (planificando con orden la tarea y recogiendo al acabar)
- Merendar
- Jugar (y recoger al terminar)
- Duchar (y dejar recogido el cuarto de baño)
- Cenar (y dejar recogido su plato al acabar)
- Leer/contar cuento
- Dormir
Básicamente, estas 15 acciones son los haceres del vivir cotidiano de nuestros hijos desde Septiembre hasta Junio (10 meses al año) y, con pequeñas variaciones, los dos meses de verano.
- Atender las necesidades básicas del niñ@: alimentación, higiene, descanso y contacto físico y visual (carantoñas, juegos, caricias, brazos), rutinas...
- Tener disponibilidad para escucharles, orientarles, ayudarles a buscar soluciones de "niñ@"a "sus" problemas de niñ@. Necesitan sentirse importantes y reconocidos por sus padres (aunque sea un solo minuto al día).
- No sobredimensionar nuestras reacciones emocionales, ellos no lo entienden y no saben cómo gestionar las emociones de superenfado, superpena, superalegría, superindignación...de papá o mamá.
- Recordar diariamente que somos modelos para ellos desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, aunque no nos vean.
- Marcar 3 o 4 normas claras sobre hábitos (alimentación, higiene, descanso y orden), horarios, tele y ayuda en casa, que las cumplan TODOS los miembros de la familia.
- Reservar un tiempo y un espacio para la pareja, recordar que también somos modelos en cuanto a la relación de pareja y es saludable para ellos...¡y para nosotros!
- Pedir ayuda y apoyarnos en las personas de nuestro entorno, la crianza de un niñ@ necesita a toda la tribu (abuelos, tíos, vecinos, amigos, profesionales (si es estrictamente necesario)...) y nosotros también si queremos disfrutar del camino.
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