Hace más de un mes que no he podido tener unos minutos para escribir algo. Simplemente vivir lleva su tiempo y permanecer al lado de los que nos necesitan nos retira del mundo virtual y nos conecta con el mundo real.
El reencuentro con personas queridas, con amigos de la infancia, con compañeros y familiares, nos abre nuevas oportunidades de relación si somos capaces de verlas desde una nueva perspectiva y no exactamente donde (y como) se dejó.
La relación con los demás produce sensación de pertenencia. Todos pertenecemos a varios grupos: el familiar, el laboral, el de padres/madres, el de amigos, el de profesionales, el grupo deportivo, etc. y durante el invierno, no siempre podemos mantener una relación fluida con todas las personas que conocemos y apreciamos.
El Día del padre, Semana Santa, bautizos, bodas, comuniones y eventos sociales y culturales en general, que se activan con la llegada de la primavera y el buen tiempo, nos permiten retomar y ampliar nuestro círculo social real, retomar conversaciones dejadas a medias la última vez que nos vimos, observar cambios en las vidas de los otros, contribuir a buscar soluciones a problemas nuestros y de los demás y, en definitiva, a paliar uno de los grandes males de nuestro mundo occidental: la soledad y el aislamiento social.
Contactar, participar, invitar, colaborar, asistir, escuchar, opinar, idear, llamar, responder...nuestro vocabulario está lleno de palabras que nos invitan a mantener nuestras relaciones personales activas, cuidadas, fluidas de forma que éstas reviertan sobre nosotros en un círculo virtuoso de cuidado y escucha mutua.
Decir ¡Hola de nuevo! es la mejor forma de mantener el contacto real con los otros y superar la astenia primaveral, ya que produce endorfinas y nos nutre emocionalmente, nos ayuda a sentirnos estimados y a estimar a los otros, aumentando así nuestra autoestima.
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¡Qué tengan un buen día! |